Este ejercicio es una adaptación de una parte del manual “Autocuidado y sanación feminista para ingobernables” de Mujeres Al Borde
Arranca el ejercicio introduciendo el concepto de auto-cuidado. Pregúntales a las participantes si están familiarizadas con el concepto y si saben lo que es. Define el concepto de auto-cuidado y explica que en el ejercicio van a centrarse en el auto-cuidado como práctica feminista en el contexto de defensoras de derechos humanos.
Presenta la actividad:
Nos levantamos de nuestros asientos y empezamos a movernos: nos estiramos, andamos por la sala. Nos colocamos todas en círculo.
Lanzas suavemente una pelota pequeña (o algún objeto que puedas lanzar) a una de las participantes.
Al atraparlo la compañera, pregúntale qué piensa sobre el auto-cuidado y cómo se vincula con su vida.
Después de responder, te lanza la pelota de vuelta. La lanzas a otra persona y así sucesivamente. Puedes seguir hasta que todas hayan respondido la pregunta.
Aquí van unos ejemplos de preguntas para el ejercicio. Puedes basarte en ellas o inventarte otras.
¿Qué es el auto-cuidado para ti? ¿Qué son los cuidados colectivos? ¿En qué se diferencian?
¿Las organizaciones, grupos y/o colectivos en los que estás involucrada abordan este tema?
¿Practicas el auto-cuidado? ¿Cuáles son tus prácticas de auto-cuidado?
¿Te cuesta pensarte como alguien que merece cuidados?
Como defensora de derechos humanos, ¿crees que las defensoras tienden a centrarse más en cuidar a los demás a costa de nosotras mismas?
¿Sientes que tomas conciencia sobre lo que necesita tu cuerpo y espíritu?
Cierra la discusión haciendo un resumen de lo que se compartió en el grupo. ¿El grupo ya estaba, en general, familiarizada con el auto-cuidado como una práctica intencional? Si fuera así, ¿con qué frecuencia la practican? O puede ser que haya diferentes grados de auto-cuidado entre ellas. ¿Qué podemos aprender la una de la otra? Destaca algunas de las aportaciones del grupo y prácticas que llevan a cabo en su día a día. Es bueno reconocer lo que ya hacen en este sentido.
Pregunta al grupo: ¿son diferentes las responsabilidades que tenemos como defensoras a las de nuestros compañeros? Conversen sobre las cargas sociales que se espera que lidiemos, especialmente por nuestro rol de cuidadoras, no sólo en nuestras casas y en nuestras familias sino también en otros círculos sociales y nuestro ambiente de trabajo.
Analiza cómo estas responsabilidades impactan nuestro trabajo como defensoras y compara nuestra situación a las de nuestros compañeros. También pueden hablar sobre la “culpa” que solemos sentir como defensoras. Muchas veces tenemos que decidir entre nuestro activismo y nuestras vidas personales y que, independientemente de la decisión que tomemos, implica “dejar abajo” a alguien.
Cierra el ejercicio intercambiando en el grupo ideas de prácticas de auto-cuidado para esta capacitación. Puede ser empezar más tarde la sesión, tomar más descansos en medio, compartir la hora de la comida, etc.